


Jamás olvidaré la primera vez que vi Nosferatu. Era solo un niño y esa imagen de la sombra de los dedos alargados del vampiro acercándose se grabaron en mi mente gracias a una perfecta combinación de miedo y belleza.
Os voy a hablar durante un momento del fantástico y terrorífico cine alemán de los años diez, veinte y principios del treinta, el mal llamado cine expresionista, pues el expresionismo como movimiento artístico (teatro, pintura, literatura...) ya había pasado tras la primera guerra mundial y además, ya os dije en más de una ocasión que prefiero no encuadrar tal cantidad de cine y directores en una sola etiqueta. No obstante, la fuerte depresión en la que cayó el país tras el desastre de la primera gran guerra, produjo las cruentas historias reales necesarias para dar el contenido al cine de esa época, y los sugerentes y perturbadores caracteres del teatro expresionista pusieron la forma necesaria. Nació así un tipo de cine que al verlo provoca escalofríos, miedo y fascinación al tiempo.
Películas que no se quedan en el simple relato de historias aterradoras (reales, imaginarias, a veces imposible distinguir la diferencia), sino que se adentran tan profundamente en los recovecos más inexplorados y a la vez temidos del alma humana que provocan en el espectador esa mezcla tan "expresiva" de miedo y placer. Estoy absolutamente convencido de que jamás volveré a tener una experiencia estética similar a la primera vez que vi "El gabinete del doctor Caligari". Este humilde narrador no puede describir lo que Robert Wiene "expresó" en la archireconocida y archiimitada mítica obra del expresionismo alemán (por poner un ejemplo de su infinita influencia, el vídeo "The other side" de Red Hot CHili Peppers).
Las imágenes y los sueños vencen por fin de una forma rotunda y definitiva a las inexpresivas y vacías palabras...La profunda oscuridad se llena de luces que aparecen a destiempo y las sombras hacen acto de presencia creciendo, de forma desordenada, dentro de un paisaje donde las líneas rectas pero desubicadas provocan perspectivas enloquecedoras y hacen confundir la realidad con los sueños, los sueños del protagonista, nuestros sueños...
Varios directores "expresionistas" trataron de utilizar el cine para reflejar sus miedos, obsesiones, el terror de una sociedad que caía a velocidad vertiginosa (solo así se podrá entender la ascensión de su "salvador" el tercer Reich y como toda una nación y cultura lo acogió como un Dios). Y usaron el "expresionismo" dentro del séptimo arte porque es la corriente artística que mejor permitía la visión interna de todo lo que estaba pasando. Es por lo tanto la estética y la forma, y no el contenido, el mayor logro del cine alemán de la época, logros que estoy seguro jamás podrán ser superados.
Os recomiendo lo siguiente:
-Fritz Lang (el arquitecto del cine): "Metrópolis" (cuyo mensaje se adelantó a su tiempo y sigue vigente más ahora que nunca) , "M, el vampiro de Dusseldorf" y por supuesto "El doctor Mabuse" y "Der mude tod" (las tres luces) la película que dijo a Buñuel que su camino era el cine.
-George W. Pabst (primer cineasta que incorpora el psicoanálisis en sus películas).
No aptas para personas hipersensibles o ¿sí? las dos películas más estremecedoras que he visto:
-Friedrich Whilhelm Murnau: "Nosferatu" (Murnau nos muestra con tal belleza y subjetividad , atada a formas lo más reales posibles, el mito del vampiro, que su cinta provocó infinitas leyendas de realidad incluso sobre su rodaje (John Malkovich en "La sombra del vampiro")
"El alma es demasiado oscura y profunda como para tratar de describirla, solo podemos aspirar a pintarla, expresarla..."
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