viernes, 28 de octubre de 2011

El rayo verde





"Quien llegue a ver el Rayo Verde será capaz de ver en el corazón de las personas y en el suyo propio y conocer el amor Verdadero"

Nouvelle Vague: denominación que la crítica utilizó para designar un grupo de cineastas franceses surgidos a finales de la década de 1950. Los nuevos realizadores reaccionaron contra las estructuras que el cine francés y americano imponían hasta ese momento y, postularon como máxima aspiración, no sólo la libertad de expresión, sino también la libertad técnica en el campo de la producción fílmica. Apostaron por films más realistas y cotidianos de bajo presupuesto y pretensión comercial.

¿Es la Nouvelle Vague una verdadera revolución cinematográfica sin la que es posible entender el cine posterior, o se trata más bien de otro bautismo falso, el enésimo empleo del comercial término "nueva ola" en diversas épocas y artes varios?. Muchos piensan en la sobrevaloración del cine francés de esa época y aceptan para sí la idea de que la llamada "Nouvelle Vague"" no es más que otro capricho de ciertos hijos de papá snobs por hacer cine de una forma diferente (pues menuda oroginalidad); y este término es usado por ciertos pedantes pseudointelectuales que cuando nombran "Los 400 golpes" de Truffaut exigen que te pongas de rodillas y alabes su increible sapiencia cinematográfica. ¿Vale todo en la experimentación con el lenguaje cinematográfico?

Tratemos de arrojar algo de luz al respecto. Como ya sabeis, yo no me pongo nunca en ningún extremo, puedo presumir siempre de una cierta objetividad, y citaré por lo tanto algunos directores y títulos aislados para dar a entender, en mi opinión, lo que es y no es truco y verdad en la famosa nueva ola francesa cinematográfica.

Truffaut, Rohmer, Godard... todo el mundo coincide en situar a "Los 400 golpes" como el pistoletazo de salida de esta corriente artística, y otros tantos no se cansan de adorar a Godard como su verdadero gurú, lo cual aderezado con su declarado y demostrado activismo político al lado del Partido Comunista y de la revolución cultural China, hacen los mimbres adecuados para convertirlo en poco menos que un Dios particular. "Al final de la escapada" tiene una frescura y un estilo narrativo novedoso que no podemos obviar, pero algunos de sus films posteriores como "Vivir su vida" , "Banda aparte" o "Pierrot el loco", a pesar de innovar grandilocuentemente con las técnicas cinematográficas (racords a destiempo, uso anárquico del sonido y música, encuadres diversos e imposibles, técnicas narrativas varias y mezcladas...); al verlo todo en conjunto... carece de sentido. Las películas son un bloque, una idea preconcebida, y cuando Godard acaba por montar la obra, nos encontramos ante una insidiosa amalgama de tomas e imagenes inanimadas cuya historia está desmembrada, perdiendo así todo el interés. Siempre diré, no obstante, que sus temas filosóficos, políticos y existenciales son sublimes. Godard es un ensayista, un poeta, un filósofo, pero nunca será un director de cine. Lo siento mucho por algunos.

Y Rohmer? me dije. Busqué en internet... foros, filmografía, bigrafía... Rohmer clasifica sus películas en series. Seis de ellas están encuadradas en lo que él llama "Cuentos morales y proverbios". He visto cuatro: "La coleccionista", "Pauline en la playa", "El rayo verde" y "Mi noche con Maud". Otra serie es "Cuentos" y ahí he tenido la fortuna de ver "Cuento de invierno". No analizaré cada uno de estos títulos aparte porque necesitaría un post para cada uno y me quedaría corto. Lo cierto es que el estilo narrativo y estético de Rohmer sí se solidifica en cada film perfectamente. Su naturalidad, sin perder originaliad, su sencillez y belleza sí encuadran perfectamente sus películas. Sus guiones son existencialistas e intimistas y se asientan perfectamente y su forma de rodar es perfectamente reconocible: tomas cercanas en primera persona (a veces parecen más entrevistas y disertaciones personales o ensayos), uso del color excepcional y bellísimo, fotografía excelente y cuando la cámara se mueve lo hace con sentido y ningún movimiento sobra ni es en falso...

Por supuesto, los temas expuestos son los mismos que los de sus contemporáneos:

Mi noche con Maud: un intelectual cristiano entre el engaño propio y los remordimientos, lucha contra sí mismo y su esencia, el deseo, lo natural, lo divino, las mujeres, el arrepentimiento, sus diálogos con su amigo filósofo comunista, la sociedad, la política, surge el Pascal matemático y religioso...
La coleccionista: dos snobs (en el buen sentido de la palabra) y una joven y preciosa chica comparten una agradable casa de verano en el campo... la belleza, Literatura, el sexo, jugar con las personas, ¿es mejor la soledad intelectual fuera de un mundo ignorante e hipócrita o somos esencialmente seres sociales?
El rayo verde: film más intimista que trata hechos mas cotidianos y bajos (llamémosle así)... la soledad, la incomprensión, la búsqueda de la verdad, del amor propio...
Cuento de invierno: fábula exquisita de la búsqueda del amor verdadero...

La diferencia estriba en que con Rohmer, estos temas, LOS TEMAS, pasan de la Literatura al Cine de manera existosa llegando los filmes a buen puerto. Todo casa de una forma preciosa como en una complicada fórmula matemática que al final es resoluble.

Las películas de Rohmer me parecen un ejrcicio de sinceridad encomiables, poseen una naturalidad y certeza absorventes. Una valentía al hacer cine que me ha estremecido. Rohmer filma la vida misma sin artificios ni engaños (que aprendan otros). Nosotros vivimos sus películas.


En conclusión, abajo con la generalidad del término Nouvelle Vague, odio la sempiterna pedanteriá intelectual francesa. Honestamente, me quedo con Eric Rohmer.

Usted tiene dos cosas que perder: la verdad y el bien, y dos cosas que comprometer: su razón y su voluntad, su conocimiento y su bienaventuranza; y su naturaleza posee dos cosas de las que debe huir: el error y la miseria. Su razón no está más dañada, eligiendo la una o la otra, puesto que es necesario elegir. He aquí un punto vacío. ¿Pero su bienaventuranza? Vamos a pesar la ganancia y la pérdida, eligiendo cruz (de cara o cruz) para el hecho de que Dios existe. Estimemos estos dos casos: si usted gana, usted gana todo; si usted pierde, usted no pierde nada. Apueste usted que Él existe, sin titubear.

Blaise Pascal (1670)