martes, 23 de marzo de 2010

Woody Allen y Nueva York



Me gusta Woody Allen por muchas razones, pero el motivo de más peso que puede que explique mi admiración por él y por otros tantos genios del cine, es su increíble capacidad para decir sin necesidad de eufemismos ni gestos políticamente correctos (otra de las malditas plagas actuales), verdades como puños.

¿Cómo no gustarme alguien que comprende mejor que el resto de los mortales la terrible incongruencia de muchas de las situaciones cotidianas que aceptamos como normales? Alguien que es capaz de darse cuenta de lo absurdo que hay en muchos de nuestros comportamientos. Alguien que es capaz de analizar como nadie las relaciones humanas, la sociedad, las distintas razas, las guerras y sus causas, la historia... de una forma científica y objetiva... para acabar mirando el mundo desde un punto de vista más personal y sacarte, unas veces un suspiro de melancolía y resignación, y otras tantas una sonrisa irónica o carcajada inevitable. Eso es la definición de genio inconfundible.

Woody Allen nació en su amado Nueva York el 1 de diciembre de 1935, de familia de origen judío. Durante su infancia aprendió a tocar el violín y el clarinete. Su amor por la música (probablemente igual a su amor al cine) le ayudó bastante en las posteriores elecciones de las bandas sonoras para sus películas. Las posibilidades que se le ofrecían al pertenecer a la clase neoyorquina acomodada le permitieron ver toda clase de cine, y su increíble inteligencia hicieron el resto para poder empaparse de lo mejor del séptimo arte y poder admirar a sus particulares dioses: Welles, Bergman y Kubrick; gigantes comparados con él según sus propias palabras "Soy lo suficientemente bajo y feo como para triunfar por mí mismo".

A pesar de comenzar su carrera como humorista escribiendo monólogos, no podía tardar mucho en realizar sus primeros filmes: "El dormilón", "Bananas", "La última noche de Boris Grushenko"... comedias desternillantes donde los geniales gags conviven de forma perfecta con sus sempiternas obsesiones sexuales, sociales, existenciales... no podía quedar en comedia... Poco después abrió su parte más introspectiva y realizó su eterna obra maestra "Annie Hall", aunque yo prefiera "Manhattan"; dos perlas del séptimo arte que resumen perfectamente quién es Woody Allen: el mejor exponente de filósofo contemporáneo capaz de reírse de todo, incluso de él mismo , sin perder un ápice de verdad y agonía en sus palabras. ¿Cómo no ser un lamentable neurótico si se es capaz de ver y entender lo que él ve? Jamás se cansará de nombrar a Nietzsche, Groucho, Freud...

Su cine lo tiene todo: realismo, tratado con humor e ironía... existencialismo, tratado con humor e ironía, la vida tratada con humor e ironía, las relaciones y el sexo tratados con humor e ironía... ¿pero es que acaso no tiene este genio esa parte romántica que tanto critica él mismo, cuestionando incluso su existencia?. Pues sí, ese pequeño recodo que escapa a su parte racional se llama Nueva York (Manhattan), ciudad y barrio que retratará y homenajeará en el resto de su prolífica y excelente filmografía, lo cual comprendí al sentarme en un banco de Brooklyn con Antonio y Nacho para contemplar las luces de la gran manzana, ese mismo lugar del famoso fotograma de "Manhattan".

¿Qué Woody Allen preferís? ¿Ese odioso enano neurótico y racional capaz de ironizar y reírse de todo, hasta de sus propios orígenes?, ¿o al entrañable, pequeño, irracional e indefenso hombre amante de la música, del cine, de Manhattan, de la vida...? Entended como yo que son dos caras de la misma persona y que todos presentamos la misma dualidad. Sacad siempre que podáis la segunda. ¡Hasta pronto!.

"Yo fui expulsado en el colegio por copiar en el examen de metafísica: miré en el alma del muchacho que se sentaba al lado de mí"
Woody Allen
Un último favor, queridos lectores: Pinchad el siguiente enlace: Comienzo "Annie Hall"

martes, 16 de marzo de 2010

El pequeño gran hombre


Dustin Hoffman, al igual que muchos actores de esa maravillosa generación (finales de los sesenta y principios de los setenta) como Al Pacino, Robert de Niro, John Voight,... quizá haya visto mermada su merecida reputación con nombres de filmes de las dos últimas décadas que no estaban a la altura de semejantes monstruos interpretativos.

Pero echemos un vistazo a sus primeros papeles: "El graduado", "Cowboy de medianoche", "Perros de paja", "Papillon", "Lenny", "Todos los hombres del presidente", "Marathon man", "Kramer contra Kramer" y "Tootsie"!!! y entonces pocos se atreverán a negar la variedad y calidad de las interpretaciones y películas en las que Dustin Hoffman participó. En la década de los setenta (nuestro próximo ciclo del cine-club por cierto) trabajó en buena parte de las mejores obras de esa estupenda e innovadora época y con muchos de sus mejores directores contemporáneos: Mike Nichols, Sam Peckinpah, Sidney Pollack, John Schlesinger... Y si hablamos de premios, cuenta con nada menos que siete nominaciones a los Oscars (logrando dos estatuillas) y ¡catorce! a los Globos de Oro (consiguiendo nada menos que seis).

Los hermanos Galán me dijeron una vez que les parecía un actor algo sobrevalorado y con un estilo interpretativo harto sobreactuado. Es curioso que a mi me resulte todo lo contrario, y no entiendo como en otros actores (por ejemplo Jack Nicholson) la sobreactuación sí se considera una virtud interpretativa que incluso caracteriza y da mérito a quien la usa. Repasad de nuevo la lista de películas que he nombrado antes y decidme si se trata de un actor en realidad sobreactuado que recurre a infinidad de tics para caracterizar todos sus personajes, al contrario, pienso que se trata del mejor exponente de actor de método que es capaz de mimetizarse para adentrarse de la mejor manera posible en cada uno de sus personajes.

Hace poco leí en alguna parte que mantiene hace tiempo una sana rivalidad interpretativa con Al Pacino. Me alegro, porque para mí son superiores a Robert de Niro y Jack Nicholson, esos sí exageran sus personajes.

¿Qué prefiero de su filmografía? Si echáis un vistazo a sus papeles en "Perros de paja" y "Tootsie" os daréis cuenta de la versatilidad de sus interpretaciones. Imposible no admirar y conmoverse ante su papel como Michael-Dorothy en la comedia de Pollack.

Dustin Hoffman es alguien a quien Lawrence Olivier, celoso o asombrado, tuvo que recordarle que el trabajo interpretativo es actuar, sin necesidad de dejarse la vida en ello. Os referiré la mítica anécdota ocurrida durante el rodaje de "Marathon Man". En una de las escenas finales Dustin tenía que aparecer absolutamente agotado, y ese día se presentó en el plató con un aspecto lamentable. Lawrence le preguntó:

-¿Qué te pasa Dustincillo?
-Nada, que como hoy tengo la escena en la que estoy agotado, no he dormido en toda la noche y además, he venido desde e l hotel corriendo. Así me meto mejor en la piel del personaje.
-Ah... Y, ¿por qué no lo interpretas?

Son dos maneras de entender el oficio, Dustin seguía el "método" y Lawrence era actor. Pero yo me pregunto, ¿qué es en realidad ser actor?

Nos metemos de lleno en la discusión de la valía del famoso método Stanislavski, y aunque mucha gente piensa que la anterior situación supone el triunfo de un verdadero actor como Lawrence Olivier sobre Dustin Hoffman, yo siempre la consideré como un ejemplo de la gran admiración que el mismísimo Sir Lawrence sentía por el pequeño gran hombre.

Desde aquí mi pequeño homenaje a este gran actor, que a pesar de no contar con un físico carismático y atrayente como Robert Redford o Paul Newman, consiguió hacerse un hueco en el selecto club de los más grandes, dejando en mi retina escenas inolvidables, eso es lo que cuenta...

Paseando por Central Park lo recordamos corriendo en "Marathon Man", ¿verdad Galanos? ¡Hasta pronto!

"He sido mejor hombre contigo como mujer de lo que nunca había sido con una mujer como hombre."
Tootsie
Dustin Hoffman

domingo, 14 de marzo de 2010

Ciclo "Cine y pensamiento positivo"


Tenemos de nuevo otro ciclo a nuestras espaldas y no está de más decir otra vez la magnífica elección, presentación y debate por partes de todos los miembros del cineclub de las cinco películas.

Y por supuesto no paramos... el próximo... cine en los años 70, probablemente la década más prolífica e innovadora en cuanto a cine y otras artes, ¡época de cambio!.

Ya os informaré. Saludos.

viernes, 12 de marzo de 2010

La mujer del cuadro


Todo el mundo suele relacionar la época dorada del cine americano con los años treinta y cuarenta, épocas de esplendor para el cine optimista de Capra, las primeras comedias de Howard Hawks y sobre todo para el magistral cine llamado "negro" con sus atrayentes antihéroes desafiando las leyes de la lógica-práctica para crear su propia moralidad por encima del resto de los mortales: la imagen de Humphrey Bogart cigarro en boca llamando a Lauren Bacall...

Probablemente la mayor parte de la gente coincidirá en señalar "El sueño eterno" y "Tener y no tener" de Howard Hawks; "Cayo largo", "El halcón maltés" y "La jungla de asfalto" de John Huston; "Casablanca" de Michael Curtiz o la inmejorable "Perdición" del maestro Billy Wilder como máximos exponentes del citado género; pero yo rescataré, una vez más, mis dos preciadas joyas personales: "Perversidad" y "La mujer del cuadro" dirigidas por el arquitecto del cine Fritz Lang.

No os hablaré ahora del genial director vienés, mejor revisad la entrada "Oscuridad, luces y sombras" donde comento el cine expresionista alemán de los años veinte y de la enorme influencia de su estética cautivadora en filmes tales como "Metrópolis", "Nosferatu", "Las tres luces", "El gabinete del doctor Caligari"... los responsables: Fritz Lang, Murnau, Wiene, Pabst...

Pero cuando mi admirado Lang tuvo que huir de Europa al comenzar la ascensión de Hitler al poder, rechazando incluso la dirección de los estudios alemanes de la UFA a petición del mismísimo tercer Reich, llegó a Hollywood y encontró otra manera de entender el cine, otra finalidad, otros géneros... y quizás llego a comprender lo fácil que fue para semejante genio (creador otrora de obras socialmente tan comprometidas y estéticamente tan innovadoras) coger buenos guiones (en esa época abundaban más que hoy la telebasura) y hacer excelentes películas de cine negro (estoy seguro que un género menor para él).

Así nació "Perversidad" y "La mujer del cuadro", en mi opinión superiores a las anteriormente nombradas porque unen un buen guión y un magnífico trabajo de Edward G. Robinsn y Joan Bennett con el sello personal que supone la particular forma de rodar del arquitecto: atmósferas agobiantes, planos y movimientos de cámara sorprendentes y utilización perfecta de la luz y las sombras.

¡Vaya! pero si yo quería hablaros de "La mujer del cuadro"... mejor vedla vosotros mismos y disfrutad de una de las cumbres del género policíaco, donde la dirección de Lang y el talento de Robinson se unen para crear una de las joyas del séptimo arte. Buen provecho amigos.

jueves, 11 de marzo de 2010

Su juego favorito


¿Cómo es posible que, en ciertas ocasiones, en la vida del hombre más respetado, acomodado y sensato aparezca la mujer más loca, atrevida y caótica para poner patas arriba la vida del primero, y aún así éste no pueda evitar enamorarse locamente de ella?

Si quiere ver un magnífico ejemplo del por qué las mujeres son en realidad el sexo fuerte y cómo es posible que nos vuelvan tan locos... vea ¡Su juego favorito!, la comedia más refrescante y divertida de Howard Hawks... y ponga un poco de sal en su vida.


martes, 9 de marzo de 2010

Río Bravo



Río Bravo no es una película del Oeste...
Río Bravo es la historia de una amistad.
Río Bravo es la historia de la lealtad bien entendida, esa que se demuestra con hechos y no con palabras.
Río Bravo es una historia de tres hombres fieles a sus ideales, sin miedo, esa clase de hombres rara abis que aparecen en cualquier época y lugar para desafiar la injusticia establecida y nadar contracorriente a sabiendas de que en la mayor parte de los casos perderán. A eso se le llama valor: combatir por , por un amigo y por nadie o nada más.
Río Bravo... o como decir sin palabras que a pesar de lo hondo que has caído, en el momento que te haga comprender que solo tú has de tener el valor suficiente para salir de ese pozo, allí estaré para coger tu mano.
Río Bravo es la eterna historia de aquellos que eligen vivir diferente.
Río Bravo es una película del Oeste.

"No me gusta ver a sus hombres en el camino bloqueando el pueblo. No me gusta que nos vigilen y que traten de cazarnos traicioneramente. No me gusta que maten a un amigo mío una hora después de haber dicho que iba a ayudarme. Y no me gusta usted Burdett, porque es el culpable."

Río Bravo
John Wayne


jueves, 4 de marzo de 2010

Esplendor en la hierba


Sin duda la película que mejor y de manera más hermosa narra el increíble esplendor que todos sentimos en nuestra juventud, ese sentimiento de infinita ingenuidad e inocencia al descubrir la belleza de las cosas, el amor, la felicidad... para después hacernos caer en el profundo pozo de la certeza que supone saber que todo es efímero y que solo quedan los recuerdos... es "Esplendor en la hierba".

No es extraño pensar que Elia Kazan ("Un tranvía llamado deseo", "Viva Zapata", "La ley del silencio", "Al este del edén"...) consiguiese trasladar la juventud y la belleza al séptimo arte de la manera más poética posible; y a pesar de la enorme grieta en su expediente que supuso la traición a sus compañeros en la caza de brujas del Mccarthismo; para mí siempre será el director de mayor sensibilidad de la historia... quizás solo igualado por Mankiewicz.

Mi definición de belleza es el rostro enamorado de Natalie Wood en los primeros fotogramas del filme, sus ojos muestran esa inocencia y felicidad que sólo se pueden sentir en un momento concreto de la existencia, algo que no volverá... Esa mirada la convirtió en una estrella y supuso , sin duda, su mejor y más recordada interpretación... algo que para bien y para mal la persiguió hasta el fin de sus días... la película resultó ser el lamentable presagio de la vida tortuosa del rostro más bello e inocente del cine...

Repito otra vez inocencia, porque solo si es es inocente se puede apreciar la auténtica belleza para alcanzar la verdadera felicidad... por favor, no perdáis ese punto de inocencia e ingenuidad... porque cuando lo hagáis os daréis cuenta de que ya jamás volveréis a sentir lo mismo...

Sí, efectivamente, debo admitir que esta película es una de las razones de mi eterna resistencia a crecer, a madurar (maldito eufemismo), a dejar de sentirme joven.

Pero es que la felicidad es por definición efímera, y ese es el contundente mensaje de la película... un sentimiento tan agridulce que te perforará hasta llegar al lugar más recóndito de tu alma...

"Aunque mis ojos ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba. Aunque ya nada pueda devolverme las horas de esplendor en la hierba, de la gloria en las flores, no debemos afligirnos, pues siempre, la belleza subsiste en el recuerdo"