
En la vida de toda persona, el pasado se rige por los recuerdos (buenos o malos) y el futuro por los sueños. Sólo el inexorable paso del tiempo consigue transformar unos en otros.
Quisiera hablaros de un país que personalmente adoro: Italia. Ese país con una idiosincrasia tan particular como única, una región llena de escépticos, de heridas de conflictos anteriores que todavía no cicatrizaron (hoy lo vemos mejor que nunca), ese país donde el pragmatismo y la cruda realidad vencen casi siempre a una esperanza y utopías que la historia se ha encargado demasiadas veces en no dejar entrar. Un país donde el sistema político, económico y judicial se encuentran tan contaminados que lo convierten en un rara abis dentro del "primer mundo" y nos mantiene en la idea de que Italia es única y jamás podrá ser entendida, probablemente consecuencia de su inmensa belleza histórica, física y cultural.
Pues bien, a pesar de todo, en esta fantástica región encerrada por los Alpes y el bello Mediterráneo, se erigió el imperio romano (germen Europeo y de la organización y cultura occidentales junto con Grecia), surgió el Renacimiento con su revolución cultural y artística, y ha dado y dará muchos de los más importantes pintores, escritores, filósofos... de la historia.
El siglo XX no fue una excepción, y como el arte por antonomasia de este tiempo es el cine, de Italia emergieron directores como Federico Fellini, Luchino Visconti, Pasolini, Antonioni,... con sus obras tan diferentes a lo convencionalmente visto al otro lado del Atlántico. Un cine poético donde los sueños y los recuerdos se anteponen al hilo argumental y convierten los filmes en auténticas joyas para nuestros sentidos y elevan al cine desde el puro entretenimiento a la categoría de séptimo arte.
Podemos encontrar miles de ejemplos más en el cine Europeo: el existencialismo de Ingmar Bergman ("El séptimo sello", "Como en un espejo", "Fresas salvajes"...); la increíble lírica de Visconti y sus sempiternas reflexiones morales y vitales ("Confidencias", "Muerte en Venecia", "La caída de los Dioses", "El Gatopardo"...); Jean Cocteau al lado de su eterna línea indefinible entre la vida y la muerte, el arte y la ciencia, lo material y lo onírico... ("Orfeo", "La sangre de un poeta"...); así como el mismo Buñuel con su surrealismo llevado al cine a modo de crítica algunas veces y arte sublime muchas otras: ("Viridiana", "El ángel exterminador", "Un perro andaluz", "Simón del desierto"...).
Todo ello forma un cine propio del carácter Europeo como consecuencia probablemente de nuestra larga historia, algo de lo que no puede presumir la gran industria del cine americano.
Pero quizás donde el carácter onírico del cine alcanza su máxima expresión sea en el admirado y venerado Federico Fellini ("La dolce vita", "Satyricon", "Amarcord", "Ocho y medio", "Julieta de los espíritus"...) todas ellas impresionantes joyas del cine que impactaron en su momento tanto por su contenido (polémico muchas veces) como por su forma (belleza reconocible siempre); forman parte de la filmografía de unos de los maestros de la historia del cine.
Como siempre os adjunto aquí mis debilidades:
Federico Fellini: "La dolce vita" (exquisita reflexión sobre la fama, la vida y la muerte con el virtuoso preciosismo habitual del gran maestro) y "Satyricon" (genial obra barroca donde se dan cabida a las grandes obsesiones de Fellini).
Luchino Visconti: "Confidencias" (filme tan penetrante en el alma humana que os dejará sin habla).
Ingmar Bergman: "El séptimo sello" (un caballero de vuelta de las cruzadas jugará al ajedrez con la muerte para intentar encontrar un sentido a su vida, a la vida...) y "Como en un espejo".
Jean Cocteau: "Orfeo" y "El testamento de Orfeo" (obras densas del polifacético poeta francés donde se confunden sueño, realidad, arte y mitología, dos auténticas joyas).
Para terminar os diré, por supuesto y a pesar de lo dicho, que todo tipo de cine tiene su finalidad, pero es en Italia donde definitivamente, como muchas otras veces en otras disciplinas y en otras épocas, la vida se hace arte y los sueños y los recuerdos forman el cine.
-¿Quién sois?
-La muerte
-¿Es que vienes por mí?
-Hace ya tiempo que camino a tu lado
-Lo sé
-¿Estás preparado?
-El espíritu está pronto pero la carne es débil...Espera un momento
-Es lo que todos decís pero yo no concedo prórrogas
-¿Tú juegas al ajedrez verdad?
-¿Cómo lo sabes?
-Lo he visto en pinturas y oído en canciones...
"El séptimo sello"
1 comentario:
Estoy entusiasmada,
Gracias por tu sitio!
KovadOnga
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