martes, 15 de diciembre de 2009

Revolutionary Road


Probablemente una de las mayores frustraciones de la vida de una persona es despertarse y descubrir que no se es quien se esperaba ser no hace mucho tiempo, descubrir que aquellos sueños de adolescencia donde tu popularidad y valía presagiaban ante todos una excitante existencia acorde a ti... a alguien tan especial... se han convertido en otra rutinaria vida más, en eso que tú siempre habías odiado tanto, la mediocridad, perderse en el hastío de lo tópico y lo normal.

Revolutionary road es un filme donde Kate Winslet y Leonardo DiCaprio interpretan a una, en teoría, feliz pareja americana de los años cincuenta que viven acomodados en lo que sus vecinos llamarían una existencia perfectamente normal. Para todos son la pareja ideal, pero esa idea de perfección no encaja con las antiguas ambiciones de los chicos más populares de un instituto americano. Ahí surge el conflicto. El filme desgrana sin paliativos los entresijos, la hipocresía y el conservadurismo de la más rancia sociedad americana de la época, cuya enorme presión social chocará con las inmaduras personalidades del joven matrimonio.

La enorme tensión dramática de la magnífica cinta del director Sam Mendes ("American Beauty" y "Camino a la perdición") se mantiene gracias a los estupendos trabajos de Leo DiCaprio y Kate Winslet. El también director de teatro (se nota) consigue desencasillar y sacar lo mejor de la eterna pareja de Titanic. De Kate Winslet no hace falta decir nada. Echemos un vistazo a su filmografía: "La vida de David Gale", "Descubriendo nunca jamás", "todos los hombres del rey", "the reader"... Una de cada tres de las películas mejor criticadas del momento están interpretadas por una actriz que no elige los papeles, los mejores papeles la eligen a ella. Una pena que no tenga el llamado "sex appeal" de otras como mi adorada Scarlett Johansson. Salvando las distancias, Kate y Scarlett son las Katherine Hepburn y Marilyn actuales ¿no creeis?: Mientras que Kate Winslet parece haber heredado la androginia de la primera, Scarlett atrae a la cámara como solía hacer Marilyn... sin darnos cuenta.

Por último os diré que aunque el guión está basado en una novela de Richard Yates, la enorme tensión existencial de la película nos hace recordar lo mejor de las adaptaciones cinematográficas de las obras de Tennesse Williams. Resumiendo, suficientes buenos ingredientes para lograr una estupenda película que recibió tres nominaciones a los oscars sin conseguir ninguno. Kate lo consiguió ese mismo año por "The Reader" (que también aconsejo) aunque prefiero su trabajo en esta ocasión. Disfrutad los que no la hayáis visto.

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